Uremia: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en enero 2023

La uremia es una condición clínica causada principalmente por la acumulación de urea y otros iones en la sangre, que son sustancias tóxicas producidas por el hígado después de la digestión de proteínas, y los cuales son filtrados a través de los riñones para ser eliminados del organismo a través de la orina.

Normalmente, la uremia es una situación que ocurre principalmente en las etapas finales de una insuficiencia renal crónica, en el que los riñones ya no son capaces de filtrar la sangre como deberían, ocasionando el surgimiento de síntomas como náuseas, vómitos, debilidad y pérdida de apetito, por ejemplo.

La insuficiencia renal es causada por lesiones debido a enfermedades agudas o crónicas que afectan estos órganos, como la presión alta, diabetes, deshidratación, infecciones graves, golpes por accidentes, alcoholismo o uso de drogas. Vea qué es la insuficiencia renal, sus síntomas y tratamientos

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Síntomas de la uremia

Los principales síntomas de la uremia son:

  • Nauseas y vómitos;
  • Pérdida del apetito;
  • Debilidad;
  • Cambios en la memoria y en la concentración;
  • Tos;
  • Falta de aire;
  • Palpitaciones;
  • Alteraciones en la coagulación de la sangre;
  • Dolor de cabeza;
  • Somnolencia;
  • Coma.

Además del exceso de urea, la insuficiencia renal, también causa acumulación de líquidos y otros electrolitos en la sangre, como sodio, potasio y magnesio, lo que puede agravar, aún más, los síntomas de la uremia.

El exceso de urea es tóxico para el cuerpo y afecta la circulación y varios órganos, como el cerebro, corazón, músculos y pulmones.

Causas de uremia

La uremia ocurre más comúnmente en personas que presentan una insuficiencia renal crónica y en estadio avanzado, pero también puede ocurrir como resultado de una lesión renal aguda, siendo en este último caso bastante posible revertir la uremia.

La uremia puede causar complicaciones de salud graves, pudiendo haber acumulación de líquidos, electrolitos, hormonas y problemas metabólicos. Si no se trata, la uremia puede poner la vida de la persona en peligro.

Cómo diagnosticar

El diagnóstico de la uremia es realizado por el médico general o nefrólogo, a través de la medición directa de urea en sangre o de forma indirecta mediante la prueba de nitrógeno ureico, que se encuentran elevados.

Además, de los exámenes de la urea alterados, la uremia también está asociada a la presencia de insuficiencia renal y de los síntomas citados. 

Otros exámenes de sangre, como la creatinina, sodio, potasio, magnesio o de orina, ayudan a detectar la presencia  de alteraciones en los riñones y a definir el diagnostico de insuficiencia renal.

Valores normales de urea en la sangre

Los valores normales de urea en la sangre son:

  • Nivel de urea en la sangre considerado normal: de 10 a 40 mg/dl;
  • Nivel de urea en la sangre considerado crítico: valores mayores que 200 mg/dl.

Conozca cómo se realiza el examen de urea.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento para la uremia sintomática es realizado a través de la diálisis, siendo este un procedimiento donde se filtra la sangre, de manera similar a un riñón normal, para limpiar y eliminar los desechos acumulados en el organismo, debiendo iniciarse lo más pronto posible.

Inicialmente el tipo de diálisis a utilizar suele ser la hemodiálisis, pues ayudará rápidamente a limpiar la sangre y eliminar las sustancias tóxicas, sin embargo, eventualmente el nefrólogo podrá evaluar y considerar si la persona es candidata para la realización de diálisis peritoneal, pues para este tipo de diálisis es necesario que la persona cumpla con una serie de requisitos para poder optar por ella. 

No obstante, el mejor tratamiento para la uremia será la realización de un trasplante renal.

Además de esto, es importante mantener hábitos correctos para evitar que la enfermedad renal empeore, como practicar actividad física, beber la cantidad de agua recomendada por el nefrólogo y tener una alimentación equilibrada con un control en la ingesta de proteínas y alimentos ricos en sodio, potasio y fósforo.