Fiebre amarilla: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en abril 2023

La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa grave causada por un virus que es transmitido por los mosquitos, como el Aedes Aegypti, y el Haemagogus Sabethes. Después de la picadura del mosquito, los síntomas de fiebre amarilla pueden demorar hasta 6 días en parecer, siendo los principales, dolor de cabeza, fiebre alta y dolor muscular generalizado.

Algunas personas pueden desarrollar de forma más grave la enfermedad, y se caracteriza por la presencia de vómitos, dolor abdominal intenso, sangrados, pudiendo también presentar los ojos y la piel con color amarillo.

De esta manera, ante la presencia de señales y síntomas que indiquen fiebre amarilla, es importante consultar al médico general o infectólogo, para que pueda ser realizado el diagnóstico e indicado el tratamiento, que tiene como objetivo aliviar los síntomas. Todos los casos de fiebre amarilla deben ser notificados hacia las autoridades sanitarias, pues esta enfermedad es fácilmente transmisible, presentando un alto riesgo de provocar un brote.

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Principales síntomas

Los principales síntomas de fiebre amarilla son:

  1. Dolor de cabeza muy intenso;
  2. Fiebre por encima de los 38 °C con escalofríos;
  3. Sensibilidad a la luz;
  4. Dolores musculares generalizados;
  5. Náuseas y vómitos;
  6. Aumento e los latidos cardíacos o palpitaciones.

Los síntomas de la fiebre amarilla surgen al cabo de 3 a 6 días después de la picada del mosquito, caracterizando la fase aguda de la infección.

Después de la fase aguda, los síntomas pueden desaparecer durante 1 o 2 días, pero aparecen rápidamente otros síntomas más graves, como ojos amarillos, vómitos con sangre, sangrado o dolor abdominal intenso, que puede poner en peligro la vida y caracterizar la fase tóxica de la fiebre amarilla.

Test online de fiebre amarilla

A continuación, indicamos los síntomas más comunes de la fiebre amarilla y si sospecha que puede tener esta infección, seleccione los síntomas que presenta a continuación y sepa cuál es su riesgo:

  1. 1. Dolor de cabeza muy intenso
  2. 2. Fiebre por encima de 38º C con escalofríos
  3. 3. Sensibilidad a la luz
  4. 4. Dolores musculares generalizados
  5. 5. Náuseas o vómitos
  6. 6. Aumento de la frecuencia cardíaca o palpitaciones

El test de síntomas es solo una herramienta de orientación, no siendo útil como diagnóstico, ni tampoco para reemplazar la consulta con el infectólogo o médico general.

Cómo se transmite 

La transmisión de la fiebre amarilla sucede a través de la picadura del mosquito infectado por el virus, principalmente el mosquito del tipo Aedes Aegypti ou Haemagogus Sabethes, que picaron anteriormente animales o personas infectadas.

Qué hacer en caso de sospecha

En casos de sospecha de fiebre amarilla, es importante acudir rápidamente a la sala de urgencias para la realización de un análisis de sangre y confirmar la presencia del virus. También se recomienda no tomar ningún medicamento en casa, ya que pueden contener sustancias que empeoran los síntomas de la enfermedad.

Todos los casos de fiebre amarilla deben ser reportados a las autoridades de salud, ya que esta es una enfermedad de fácil transmisión, con un alto riesgo de causar un brote.

Cómo se realiza el tratamiento

No existe un tratamiento específico de la fiebre amarilla, y es por eso, que el tratamiento es realizado para aliviar los síntomas y evitar el desarrollo de la forma más grave de la enfermedad, pudiendo ser realizado en casa desde que sea orientado por un médico general o infectólogo.

En los casos más graves, el tratamiento debe ser realizado bajo internamiento en el hospital, con suero y remedios caseros por vena, así como la administración de oxígeno, para evitar complicaciones graves, como hemorragias y deshidratación, que pueden poner en riego de vida a la persona.

1. Reposo

El reposo es muy importante para la recuperación de cualquier tipo de infección, ya que garantiza que el cuerpo tenga la energía necesaria para combatir el virus y acelerar la recuperación, además de ayudar a aliviar el dolor muscular y la sensación de cansancio.

De esta forma, la persona con fiebre amarilla debe quedarse en casa y evitar ir a la escuela o al trabajo.

2. Buena hidratación

Una correcta hidratación es otro de los pasos más importantes para combatir el virus de la fiebre amarilla, ya que el agua es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo, incluido el sistema de defensa natural.

De esta forma se recomienda que la persona tome alrededor de 2 litros de agua al día, que puede ser agua filtrada, agua de coco, jugos naturales o tés, por ejemplo.

3. Medicamentos indicados por el médico

Además del reposo e hidratación, el médico también puede aconsejar el uso de algunos medicamentos, dependiendo del tipo de síntomas que presente la persona. Los más comunes incluyen:

  • Medicamentos antipiréticos como el Paracetamol, de 8 en 8 horas, para disminuir la fiebre y el dolor de cabeza;
  • Medicamentos analgésicos como Paracetamol o Dipirona, para aliviar los dolores musculares;
  • Protectores del estómago como Cimetidina y Omeprazol, para evitar gastritis, úlceras y disminuir el riesgo de sangrado;
  • Medicamentos contra los vómitos como Metoclopramida para controlar los vómitos.

No son recomendados los medicamentos que contengan ácido acetilsalicílico porque pueden causar hemorragias y causar la muerte, así como ocurre en caso de dengue. Algunos medicamentos que son contraindicados en caso de fiebre amarilla son AAS, aspirina, Doril y Calmador. Conozca más sobre el tratamiento del dengue. 

Tratamiento de la forma grave de fiebre amarilla

En los casos más graves, el tratamiento debe ser hecho hospitalizando al individuo y colocándole suero y medicamentos a través de la vena, así como oxígeno para evitar complicaciones graves como hemorragia o deshidratación, ya que pueden poner en riesgo la vida de la persona.

Signos de mejoría y empeoramiento

Los signos que indican que la fiebre amarilla está mejorando suelen surgir 2 a 3 días después de haber iniciado el tratamiento e incluyen: disminución de la fiebre, alivio de los dolores musculares y del dolor de cabeza, así como la disminución de los vómitos.

Por el contrario, los signos de que la fiebre amarilla está empeorando están relacionados con la deshidratación e incluyen: aumento del número de vómitos, disminución de la cantidad de orina, cansancio excesivo y apatía. En estos casos se recomienda acudir lo más pronto posible a la urgencia hospitalaria para iniciar el tratamiento adecuado. 

Posibles complicaciones

Las complicaciones afectan entre el 5 y el 10% de los pacientes con fiebre amarilla y, en estos casos, la persona podría ser ingresada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Algunos de los signos y síntomas que pueden indicar complicaciones son la disminución de orina, apatía, postración, vómitos con sangre e insuficiencia renal. Cuando el paciente se encuentra en este estado debe ser llevado al hospital para internarlo, ya que podría ser necesaria la hemodiálisis o intubación, por ejemplo.

Cómo protegerse de la fiebre amarilla

Para prevenir la fiebre amarilla es importante adoptar algunas medidas para evitar la picadura de los mosquitos transmisores, como:

  • Aplicar repelente de mosquitos varias veces al día;
  • Evitar que se acumule y el agua se mantenga estancada, como puede ocurrir en latas, plantas en macetas, tanques de agua o neumáticos;
  • Colocar mosquiteros o mallas finas en las ventanas y puertas de la casa;
  • Usar ropa larga durante los períodos en que puede surgir un brote de fiebre amarilla.

La principal forma de prevenir la infección por fiebre amarilla es a través de la vacuna, disponible en centros de salud o clínicas. Obtenga más información sobre la vacuna contra la fiebre amarilla y cuándo se debe colocar.

Vea cómo preparar un repelente casero en casa, en el vídeo a continuación:

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