Luz infrarroja: qué es, para qué sirve y contraindicaciones

Actualizado en mayo 2023

La luz infrarroja es una terapia que se aplica en la piel, aumentando la temperatura de forma superficial en la piel, promoviendo la vasodilatación y aumento de la circulación sanguínea, favoreciendo la reparación de los tejidos, debido a que penetra en el organismo actuando sobre los pequeños vasos sanguíneos, capilares y terminaciones nerviosas. 

El tratamiento con luz infrarroja debe ser realizada por un fisioterapeuta especializado. Las sesiones pueden tener una duración de hasta 20 minutos, dependiendo del área a tratar.

Esta terapia está contraindicada en casos como heridas abiertas en la piel o en personas de la tercera en grandes áreas, como espalda u hombros, por lo que es importante consultar a un especialista evitar efectos secundarios y complicaciones durante el uso de la luz infrarroja.

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Beneficios de la luz infrarroja

Los beneficios de la luz infrarroja en fisioterapia son:

  • Alivio del dolor;
  • Aumento de la movilidad de las articulaciones;
  • Relajamiento muscular;
  • Favorecer la cicatrización de la piel y de los músculos;
  • Tratamiento en la piel, por infección de hongos en caso de psoriasis.

La luz infrarroja que se usa en la fisioterapia varia entre 50 y 250 W por lo que la profundidad de la piel que alcanza es de 0,3 hasta 2,5 mm, de acuerdo a la lámpara utilizada y a la distancia de la piel que se ocupe. 

Cómo usar 

El tiempo de tratamiento con luz infrarroja varía entre los 10 y 20 minutos, ya que para alcanzar los beneficios terapéuticos se debe mantener una temperatura en la zona de tratamiento entre los 40 y 45 ºC de por lo menos 5 minutos. Se puede verificar la temperatura por medio de una termómetro infrarrojo directo sobre el área expuesta a la luz. La temperatura en la zona tratada debe regresar a la normalidad después de alrededor de 30 a 35 minutos. 

El tiempo de tratamiento puede ser menor cuando el área a tratar es pequeña, en caso de lesión aguda, enfermedades de la piel, como psoriasis. Para aumentar la intensidad de la luz infrarroja se puede acercar la lámpara a la piel o alterar su capacidad en el generador. Conozca más sobre los síntomas de la psoriasis.

Para iniciar el tratamiento la persona debe permanecer en una posición cómoda, manteniendo el miembro a tratar en reposo, pudiendo estar sentado o recostado. La piel debe estar expuesta, limpia y seca, y se deben mantener los ojos cerrados durante el tratamiento en caso de que la iluminación moleste a los ojos, para evitar la resequedad ocular. 

La luz debe incidir directamente sobre el área a tratar, formando un ángulo recto que permita una mayor absorción de la energía. La distancia entre la lámpara y el cuerpo varia entre los 50 y 75 cm, y la persona podrá alejar la lámpara en caso de que haya sensación de ardor o quemazón en la piel, especialmente porque el uso por tiempo prolongado es perjudicial para la salud. 

Contraindicaciones

A pesar de ser un tratamiento que tiene varios beneficios para la salud, puede tener riesgos asociados, por lo que se contraindica en algunas situaciones, como:

  • Heridas abiertas en la piel, ya que puede producir deshidratación de los tejidos, retrasando la cicatrización;
  • No se debe utilizar directamente sobre los testículos ya que puede disminuir a cantidad de espermatozoides;
  • En ancianos en grandes áreas, como espalda u hombros debido a la posible deshidratación, reducción momentánea de la presión, mareos, dolor de cabeza;
  • Lesiones en la piel causadas por tejido desvitalizado por radioterapia profunda u otras radiaciones ionizantes, ya que puede producir quemaduras;
  • Sobre lesiones cancerosas en la piel;
  • Fiebre;
  • Personas inconscientes o con poca capacidad de comprensión;
  • Dermatitis o eczema.

Además, el tratamiento con luz infrarroja está contraindicada en caso de que la persona presente fiebre, además de bebés, ya que aumenta el riesgo de apnea.