Linfocitos: valores normales y qué significa cuando están altos o bajos

Actualizado en diciembre 2023

Los linfocitos son un tipo de leucocito que forman parte de las células de defensa del organismo y que son producidos en mayor cantidad cuando existe una infección, siendo por esto un indicador del estado de salud del individuo. Existen dos tipos de linfocitos, las células B y las células T, los cuales cumplen diferentes papeles a nivel del sistema inmunitario.

El número de linfocitos puede ser evaluado a través de un examen de sangre, indicando si hay o no alguna alteración, pues cuando los linfocitos están altos suelen indicar de que se está produciendo un proceso infeccioso en el organismo, o por el contrario, cuando están bajos normalmente está relacionado con problemas a nivel de la médula ósea.

No obstante, es importante que una vez se tengan los análisis de sangre, se acuda al médico tratante para que evalúe, no solo los resultados de los exámenes, sino también los síntomas presentes y la historia clínica de la persona, de manera que pueda diagnosticar el problema e indicar el tratamiento más adecuado. 

Imagem ilustrativa número 2

Valores normales de los linfocitos

Los valores normales de los linfocitos son entre 1000 y 3900 linfocitos por mm³ de sangre, que representa el 20 a 50% del recuento relativo. Estos valores de referencia pueden variar de un laboratorio a otro. 

Cómo saber si los linfocitos están normales

Para saber si los linfocitos están normales, ingrese los resultados de sus análisis en la calculadora a continuación:

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Mínimo admitido, el valor puede verse alterado según su laboratorio.
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Máximo admitido, el valor puede verse alterado según su laboratorio.
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Linfocitos alterados

Se considera que los linfocitos están alterados cuando en la hematología completa el resultado se encuentra por encima o por debajo de los valores de referencia, considerándose como linfocitosis o linfopenia respectivamente. Por lo que las principales causas de estas alteraciones son: 

1. Linfocitos altos

La cantidad de linfocitos por encima de los valores normales, es decir > 3900 linfocitos/mm³ de sangre o al 50%, recibe el nombre de linfocitosis y normalmente está relacionado con procesos infecciosos. Por lo que las principales causas son:

  • Infecciones agudas como mononucleosis, poliomielitis, sarampión, rubéola, dengue o coqueluche;
  • Infecciones crónicas como tuberculosis o malaria;
  • Hepatitis viral;
  • Anemia perniciosa que se caracteriza por la deficiencia de ácido fólico y vitamina B12;
  • Intoxicación por benceno y metales pesados;
  • Diabetes;
  • Obesidad;
  • Alergia.

Además de esto, el aumento en el número de linfocitos también puede ocurrir debido a situaciones fisiológicas como por ejemplo embarazadas y mujeres en período de lactancia, y por de deficiencias nutricionales como deficiencia de vitamina C, D o calcio.  

2. Linfocitos bajos

La cantidad de linfocitos por debajo de los valores normales, es decir, <1000 mm³ de sangre o al 20%, recibe el nombre de linfopenia y normalmente está relacionada con situaciones que envuelven la médula ósea, como anemia aplásica o leucemia, por ejemplo. Además de esto, la linfopenia también puede ser señal de la presencia de enfermedades autoinmunes donde el propio organismo ataca su propio sistema inmune como es el caso del lupus eritematoso sistémico (LES). 

La linfopenia también puede surgir debido a el SIDA, terapia con medicamentos inmunosupresores, radioterapia o quimioterapia, enfermedades genéticas raras o como consecuencia de situaciones de estrés metabólico como ocurre en un post operatorio quirúrgico, por ejemplo.

La disminución de los valores de linfocitos también puede ser consecuencia del COVID-19, en que la presencia del virus en el organismo puede llevar a la destrucción de esta células. Sin embargo, para la confirmación del COVID-19 son necesarios otros análisis de sangre, además del resultado positivo en el test molecular. Conozca cómo se realiza el diagnóstico de COVID-19.

Tipos de linfocitos

Existen 2 tipos principales de linfocitos en el organismo: los linfocitos B, que son células inmaduras producidas en la médula ósea y liberadas al torrente sanguíneo para producir anticuerpos contra bacterias, virus y hongos, y los linfocitos T, que son producidos en la médula ósea pero que después son desarrolladas en el timo hasta dividirse en 3 grupos:

  • Linfocitos CD4: ayudan a los linfocitos B a eliminar las infecciones, siendo la primera alerta del sistema inmune. Normalmente estas son las primeras células a ser afectadas por el virus del VIH, siendo que en pacientes infectados el examen de sangre indica un valor inferior a 100 / mm3.
  • ​Linfocitos CD8: disminuyen la actividad de otros tipos de linfocitos y, por eso, se encuentran aumentados en casos de VIH estando por encima de 1000 / mm3.
  • Linfocitos citotóxicos: destruyen las células anormales e infectadas por virus o bacterias.

Sin embargo, las pruebas del tipo de linfocitos, especialmente del tipo CD4 o CD8, siempre deben interpretarse por un médico para evaluar si existe riesgo de tener VIH, ya que otras enfermedades también pueden provocar el mismo tipo de alteraciones.

Por lo que si existe dudas sobre si el individuo está infectado o no por el virus del VIH, se recomienda la realización de la prueba de laboratorio que busca el virus dentro de las células del organismo. Conozca más sobre la prueba de VIH.

¿Qué son los linfocitos atípicos?

Los linfocitos atípicos son linfocitos que presenta una forma variada y que surgen normalmente cuando hay infecciones, principalmente infecciones virales como mononucleosis, herpes, SIDA, rubéola y varicela. Además de surgir en las infecciones virales, los linfocitos atípicos pueden identificarse en el hemograma cuando hay una infección bacteriana como tuberculosis y sífilis, infección por protozoarios como la toxoplasmosis, cuando hay hipersensibilidad a las drogas o en las enfermedades autoinmunes como el lupus.

Normalmente la cantidad de estos linfocitos vuelve a la normalidad (valor de referencia de los linfocitos atípicos es de 0%) cuando el agente causal de la infección es eliminado.

Estos linfocitos son considerados linfocitos T activados que son producidos en respuesta a los linfocitos del tipo B infectado, desempeñando las mismas funciones que los linfocitos típicos en la respuesta inmune. Los linfocitos atípicos son generalmente mayores que los linfocitos normales y varían de forma.