Gammagrafía ósea: indicaciones y cómo se realiza

Actualizado en abril 2024

La gammagrafía ósea es un examen diagnóstico de imagen nuclear normalmente indicado por el médico cuando la persona presenta dolor en los huesos, infección o lesión en los huesos que no logran ser observadas por otros exámenes. Por ello, este examen ayuda a diagnosticar varias enfermedades óseas como infecciones, artritis, fractura o alteraciones en la circulación sanguínea del hueso, por ejemplo.

Además, la gammagrafía ayuda a evaluar prótesis en los huesos y a detectar si hay metástasis óseas, que ocurren cuando el cáncer de otra parte del cuerpo se disemina hacia los huesos. Esto debido a que la gammagrafía permite identificar áreas de alteraciones físicas y químicas en la estructura de los huesos, además de que permite acompañar el progreso del tratamiento de algunas enfermedades.

Para la realización de este examen es necesario la inyección intravenosa de un radiofármaco, como el tecnecio o galio, que son sustancias radioactivas. Estas, son atraídas por el tejido óseo como por la enfermedad, lo cual es registrado por una cámara especial que detecta la radioactividad y crea una imagen del esqueleto.

Imagem ilustrativa número 1

Para qué sirve

La gammagrafía ósea puede ser indicada por el médico para identificar las siguientes situaciones:

  • Metástasis óseas causadas por varios tipos de cáncer, como el de mama, próstata o pulmón, por ejemplo;
  • Alteraciones en el metabolismo de los huesos;
  • Dolor óseo en que la causa no fue identificada con otros exámenes;
  • Infección ósea, como osteomielitis;
  • Osteonecrosis;
  • Artritis;
  • Tumor óseo primario;
  • Fracturas causadas por osteoporosis;
  • Enfermedad de Paget;
  • Distrofia simpática refleja;
  • Infarto óseo;
  • Viabilidad de injerto óseo;
  • Fractura por estrés u oculta.
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Además, la gammagrafía puede indicarse para la evaluación de prótesis óseas y de la presencia de infecciones .

Este examen está contraindicado en mujeres embarazadas o durante el período de lactancia debiendo ser realizado solamente bajo la indicación médica. Además de la gammagrafía ósea, existen otros tipos de gammagrafía realizadas en diferentes órganos del cuerpo, como pulmones, por ejemplo, para identificar diversas enfermedades.

Cómo se realiza

La gammagrafía ósea se realiza en el hospital o en clínicas de exámenes de imagen, y puede hacerse para alguna zona específica o para el cuerpo entero y se inicia con la aplicación del contraste que contiene el radiofármaco, que a pesar de ser radiactivo, en una dosis segura para el uso de personas.

La forma en cómo la gammagrafía es realizada varia con el tipo de procedimiento solicitado por el médico, que puede ser:

  • Gammagrafía ósea convencional: después de inyectar el radiofármaco en la vena la persona debe esperar alrededor de 2 a 4 horas para que este se disemine por todo el cuerpo y se pueda obtener la imagen;
  • Gammagrafía ósea trifásica o gammagrafía ósea con flujo sanguíneo: después de inyectar el radiofármaco, se obtiene la primera imagen para evaluar el flujo sanguíneo en los huesos. A continuación, se debe esperar cerca de 4 horas para obtener una segunda imagen y verificar el equilibrio sanguíneo en la estructura ósea. Por último, se evalúan las imágenes de captación del radiofármaco por los huesos.

Entre la aplicación del radiofármaco y la obtención de la imagen en la máquina de gammagrafía, se debe beber por lo menos de 6 a 8 vasos de agua para que el cuerpo elimine el radiofármaco que no se fijó a los huesos. Además, se debe orinar para vaciar la vejiga antes de iniciar la obtención de las imágenes en el equipo de la gammagrafía.

La gammagrafía ósea se realiza en una cámara especial que registra la imágenes del esqueleto en una computadora, y generalmente el tiempo del examen es de alrededor de 30 a 40 minutos.

Resultados de la gammagrafía ósea

El resultado de la gammagrafía ósea es reportado por el médico y normalmente consiste en un informe con la descripción de lo que fue observado y de la imágenes que se obtuvieron durante el examen. Al analizar las imágenes, el médico busca observar las regiones denominadas calientes, que son aquellas con una coloración más evidente, indicando que esa zona del hueso absorbió más radiación, sugiriendo un aumento de la actividad metabólica en la zona, que puede ser causada por inflamaciones, fracturas o metástasis óseas, por ejemplo.

Las áreas frías, que son aquellas que aparecen más claras en las imágenes, también son evaluadas por el médico, e indican que hubo menos absorción del radiofármaco en los huesos, pudiendo significar la disminución del flujo sanguíneo en la zona o la presencia de un tumor benigno, por ejemplo.

Los resultados de la gammagrafía ósea deben ser siempre analizados por el médico que solicitó el examen, para que realice el diagnóstico y, en caso necesario, indique el tratamiento más adecuado para cada problema en los huesos de forma individual.

Contraindicaciones

La gammagrafía ósea no debe realizarse en mujeres embarazadas o con sospecha de embarazo.

Además, se debe evitar realizar el examen durante la lactancia, a no ser que sea necesario, debiendo seguir todas la orientaciones médicas.