La fosfatasa alcalina es una enzima presente en diversos tejidos del cuerpo que se libera a la sangre principalmente desde los huesos y el hígado, por las células que recubren los canales que transportan la bilis al intestino.
La fosfatasa alcalina alta puede indicar problemas como hepatitis, obstrucción de las vías biliares e hiperparatiroidismo. La fosfatasa alcalina baja puede deberse a enfermedades como la desnutrición, el hipotiroidismo y la deficiencia de zinc o magnesio.
En caso surja alguna alteración en el valor de la fosfatasa alcalina, especialmente si se presentan síntomas como orina oscura, ictericia y/o dolor abdominal, se recomienda consultar a un médico general para identificar la causa e iniciar el tratamiento más adecuado.
Para qué sirve
El examen de la fosfatasa alcalina sirve para investigar trastornos hepáticos, renales o trastornos de los huesos, y su resultado indica:
1. Fosfatasa alcalina baja
Raramente, los niveles de fosfatasa alcalina están bajos, sin embargo, esta enzima puede disminuir en las siguientes situaciones:
- Hipofosfatasia(HPP), la cual es una enfermedad genética que provoca deformaciones y fracturas en los huesos;
- Desnutrición;
- Hipotiroidismo;
- Diarrea grave;
- Celiaquía.
- Enteritis
- Deficiencia de magnesio, zinc, vitamina B6, ácido fólico y vitamina C;
- Déficit de proteínas;
- Cirugía de corazón;
- Cretinismo, un problema congénito que causa retraso en el crecimiento;
- Enfermedad hepática;
- Anemia perniciosa y anemia aplásica.
- Leucemia mieloide crónica o leucemia granulocítica crónica.
Además de eso, la fosfatasa alcalina baja en mujeres puede ser producida por el consumo de algunos medicamentos como las pastillas anticonceptivas y medicamentos para terapia de reposición hormonal utilizados en la menopausia, pueden también provocar una ligera disminución de los niveles de esta enzima.
2. Fosfatasa alcalina alta
La fosfatasa alcalina puede elevarse en las siguientes situaciones:
- Enfermedades pancreáticas, como pancreatitis crónica o cáncer;
- Enfermedades de las vías biliares, como obstrucción del flujo biliar o cáncer de los conductos biliares;
- Enfermedades del hígado, como hepatitis, cirrosis o tumores;
- Neoplasia;
- Leucemia;
- Infecciones;
- Insuficiencia renal
- Infarto de miocardio;
- Hiperfosfatemia familiar benigna.
Además de esto, esta enzima puede estar muy alta en situaciones en las que hay un aumento en la actividad de formación ósea, como en algunos tipos de cáncer en los huesos, osteomalacia, hiperparatiroidismo primario y secundario o en personas con enfermedad de Paget, que es una enfermedad que se caracteriza por el crecimiento anormal de determinadas partes de los huesos.
Algunas situaciones fisiológicas normales pueden provocar un aumento de la fosfatasa alcalina, como ocurre durante el periodo de crecimiento debido a la actividad de la formación ósea, en adultos mayores de 60 años, debido a la pérdida ósea o en el embarazo por la función placentaria, principalmente en el tercer trimestre.
Cuándo se debe realizar el examen
El examen de la fosfatasa alcalina debe realizarse cuando se presentan signos y síntomas de trastornos del hígado como aumento del abdomen, dolor en el lado derecho del abdomen, ictericia, orina oscura, heces claras y comezón generalizada.
Además de esto, este examen también se indica en personas que tienen signos y síntomas en los huesos, como dolor óseo generalizado, deformaciones óseas o que han sufrido alguna fractura.
Cómo se realiza el examen
El examen puede realizarse en un laboratorio, donde un profesional de la salud retira alrededor de 5 ml de una muestra de sangre en la vena del brazo, y es colocada en un recipiente cerrado para ser analizada.
Valores normales
Los valores de referencia del examen de la fosfatasa alcalina varían de acuerdo a la edad, debido al crecimiento:
Niños y adolescentes:
- <2 años: 85 - 235 U / L
- 2 a 8 años: 65 - 210 U / L
- 9 a 15 años: 60 - 300 U / L
- 16 a 21 años: 30 - 200 U / L
Adultos:
- 46 a 120 U / L
En el embarazo, los valores sanguíneos de la fosfatasa alcalina pueden estar ligeramente alterados, debido al crecimiento del bebé y porque esta enzima está también presente en la placenta.
En conjunto con este examen, puede pedirse la evaluación de otras enzimas que se encuentran en el hígado como la AST, ALT, GGT y bilirrubina total y fraccionada, además de exámenes de imagen o inclusive una biopsia del hígado. Vea cómo se realizan estos exámenes.
