Lactancia Materna: 6 factores que pueden interferir y qué hacer

Actualizado en junio 2023

Los problemas más comunes que pueden desalentar o interferir con la lactancia materna son el surgimiento de problemas con los pezones, inadecuada producción de leche, dolor en las mamas, congestión de las mamas, mastitis y abscesos de las mamas, cólicos del bebé y que el niño no quiera mamar.

Generalmente, estos problemas surgen durante los primeros días después del parto o pueden ocurrir tiempo después de amamantar al bebé. Normalmente, estas situaciones causan dolor y malestar para la madre, por lo que existen ciertas técnicas simples, como cuidar de los senos y tener una buena postura a la hora de amamantar, que ayudan a evitar este tipo de problemas. 

La lactancia materna es un proceso de aprendizaje tanto para la madre como para el niño, que conlleva tiempo para que ambos se tornen expertos, sin embargo; en los casos donde se mantiene lo ideal es buscar ayuda de un profesional de salud experto en lactancia materna.

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6 factores que interfieren con la lactancia materna

Los principales factores que pueden interferir con la lactancia materna son:

1. Pezón agrietado y dolorido

Cuando los pezones se agrietan o tienen excoriaciones, la madre suele sentir mucho dolor al momento de amamantar, además de observar la salida de sangre. Este problema surge debido a que puede que el bebé esté succionando solamente el pezón, porque se retira al niño de la mama jalándolo sin romper la fuerza de succión o porque el pezón está reseco. Este problema suele surgir durante las primeras semanas después del parto.

Qué hacer: esta situación puede resolverse colocando una gota de la propia leche materna en los pezones, después de cada mamada, y exponiendo los pezones al sol o al aire entre cada toma durante 15 minutos. 

Además, también se puede aplicar una fina capa de pomada llamada Lanolina al terminar de amamantar, siendo importante retirarlo con un algodón y agua antes de que el bebé vuelva a hacer la próxima toma de leche. Vea otros consejos a seguir para evitar la grieta en los pezones.

2. Mastitis

La mastitis es una inflamación en el seno que generalmente ocurre por la acumulación de la leche materna, la cual favorece la multiplicación de las bacterias, ocasionando síntomas como dolor, enrojecimiento y/o inflamación de la mama.

Es importante que la mastitis sea tratada lo más pronto posible, de manera que se evite la formación de un absceso mamario y que aumente el riesgo de que la madre padezca una infección generalizada. Conozca qué es la mastitis.

Qué hacer: para prevenir la mastitis es importante que el bebé vacíe por completo la mama en cada toma, además se debe alternar el seno entre una mamada y otra y variar la posición del bebé durante la lactancia, de manera que la leche se retire de forma uniforme del seno.

Asimismo, también es importante evitar el uso de ropa o sujetadores apretados, así como tratar de forma adecuada las grietas o heridas en los pezones, para evitar la entrada de bacterias.

3. Hinchazón y endurecimiento de los senos

La ingurgitación o congestión mamaria es el llenado excesivo de leche que provoca hinchazón y endurecimiento de los senos, provocando mucho dolor y malestar al amamantar, surgiendo en los primeros días después del parto.

Es importante tratar este problema, pues la ingurgitación mamaria puede evolucionar a una mastitis y originar otras complicaciones.

Qué hacer: para vaciar la mama y evitar la ingurgitación lo ideal es que se de lactancia materna a libre demanda, es decir, cada vez que el bebé lo requiera. 

Además, después de la toma se debe aplicar agua fría en los senos, con una compresa o en el baño, esto ayudará a disminuir la hinchazón y el dolor. En caso hayan nódulos o bolitas se debe aplicar calor directamente sobre éstos, seguidos de masajes circulares para disolver la leche impactada y extraerla.

4. Pezón invertido o plano

Tener el pezón invertido o plano no es exactamente un problema, porque el bebé necesita agarrar tanto la areola como el pezón para succionar y para estimular la salida de la leche materna. No obstante, puede causar alguna dificultad durante la lactancia materna.

Qué hacer: es posible estimular el pezón antes de la toma quedando de forma más visible. Esta estimulación puede realizarse con una bomba para extraer leche, debiendo realizarse siempre durante 30 a 60 segundos antes de amamantar.

5. Producción de poca leche

Producir poca leche no debe ser visto como un problema, ya que no pone en riesgo la vida de la mujer ni la del bebé, pudiéndose en estos casos intentar estimular la producción de leche con algunas técnicas. 

Qué hacer: para aumentar la producción de leche se debe dar lactancia materna a libre demanda, lo que significa que se debe dejar que el niño mame cuando quiera y por el tiempo que quiera, ofreciendo primero un seno y cuando éste se vacíe ofreciéndole el otro. También es importante verificar la posición de la madre a la hora de amamantar que debe ser cómoda y verificar la forma en que el bebé está succionando, ya que debe tener tanto el pezón como la areola dentro de la boca para que la succión sea efectiva. 

También es importante que la madre se relaje y se concentre en el placer de amamantar, debiendo aumentar el consumo de tés, jugos naturales y alimentos ricos en agua como la sandía, el pepino, la piña, entre otros, ingiriendo un total de 3L de líquidos al día. Vea cuáles son los tés que no se deben tomar durante esta fase.

Existen algunos medicamentos que pueden estimular la producción de leche, sin embargo, son poco utilizados porque pueden pasar a la leche y afectar al bebé, por esto lo ideal es consultar al médico para que de las indicaciones más adecuadas según sea el caso, en los casos donde se haya realizado todo y la producción de leche sea nula existen fórmulas infantiles sustitutas de la leche materna que pueden ser dadas con un biberón. Vea también Remedios caseros para aumentar la producción de leche materna.

6. Producción de mucha leche

Cuando existe una producción elevada de leche, hay mayor riesgo de desarrollar fisuras, ingurgitación mamaria y mastitis. En estos casos, debido al exceso de leche, la lactancia materna se vuelve más difícil para el niño, pero no traerá ningún perjuicio para la salud.

Qué hacer: se debe procurar extraer el exceso de leche con una bomba y conservarlo en el frigorífico durante 3 días o congelado durante 3 a 4 meses, pudiendo darse en otro momento al bebé. También es importante utilizar siempre copas para recoger leche de silicona, evitando así el exceso de humedad en los pezones. Vea cómo conservar la leche materna.

Otras situaciones que pueden interferir

Otras situaciones que pueden interferir en la lactancia además de los mencionados anteriormente son los cólicos del bebé y que el bebé no quiera mamar, en caso que el bebé no quiera no se debe introducir precozmente fórmulas lácteas sin antes intentar todo para darle lactancia materna como descartar que no tenga dificultades respiratorias o lesiones en la boca, retirando olores fuertes de la ropa o la piel de la madre y que sea examinado por un médico para descartar alguna enfermedad. 

En el caso de los cólicos se debe dejar que el niño vacíe una mama por completo antes de darle la otra, ya que retirarlo antes hace con que el niño sólo se alimente de una leche rica en carbohidratos que podría causarle cólicos e impedirle ganar peso adecuadamente. Además de esto, no se debe fijar un tiempo de permanencia en cada mama, se debe ayudar al bebé a expulsar los gases efectivamente durante y luego de la alimentación y, por último, la madre debe restringir los alimentos que pueden estarle causando gases al bebé

Vea cómo debe ser la alimentación de la madre durante la lactancia materna.

Recomendaciones para evitar problemas durante la lactancia

Para evitar algunos problemas comunes de la lactancia como ingurgitación mamaria, mastitis y grietas en los pezones, es fundamental mantener algunos cuidados a diario con los senos como:

  • Lavar los pezones sólo una vez al día con agua tibia, evitando el uso de jabón;
  • Dejar que el bebé suelte el seno espontáneamente o, si es necesario, se debe colocar un dedo suavemente en la boca del bebé para interrumpir la succión y, nunca se debe retirar al niño del seno bruscamente;
  • Aplicar una gota de leche en el pezón y en la areola, después de cada toma y después del baño, ya que facilita la cicatrización;
  • Exponer los pezones al aire, siempre que sea posible, durante el intervalo de una toma y otra;
  • Evitar que los pezones se queden húmedos, debiéndose optar por el uso de protectores de pezón de silicona.

Estas medidas deben ser adoptadas durante el período en que la mujer amamanta y deben ser cumplidos a diarios para cuidar los senos y los pezones, evitando complicaciones. Vea cuáles son las mejores posiciones para amamantar