Enfermedad arterial coronaria: qué es, síntomas y tratamiento

Actualizado en abril 2020

La enfermedad arterial coronaria se caracteriza por la acumulación de placas en las pequeñas arterias cardíacas que llevan la sangre hasta el músculo del corazón. Cuando esto ocurre, las células musculares del corazón no reciben suficiente oxígeno y dejan de funcionar de forma correcta, lo que ocasiona el surgimiento de síntomas como dolor constante en el pecho o cansancio fácil. 

Asimismo, cuando una de esas placas se fragmenta, ocurren un conjunto de procesos inflamatorios que dan como resultado una obstrucción del vaso sanguíneo, impidiendo el paso de sangre hasta el corazón y provocando el surgimiento de complicaciones graves, como angina de pecho, infarto, arritmia e incluso muerte súbita. 

De esta forma, es importante prevenir que surja esta enfermedad arterial coronaria o, en caso de que ya exista, evitar que se agrave. Para esto, es importante tener una alimentación equilibrada y mantener la práctica de ejercicio físico. Puede incluso ser necesario utilizar algunos medicamentos indicados por el médico cardiólogo. 

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Principales síntomas

Los síntomas de la enfermedad arterial coronaria están relacionados con la angina, que es una sensación de dolor en forma de opresión en el pecho, la cual dura de 10 a 20 minutos y puede irradiarse para el mentón, el cuello y los brazos. No obstante, la persona puede presentar otros signos y síntomas como:

  • Cansancio al realizar esfuerzos físicos leves;
  • Sensación de falta de aire;
  • Mareos;
  • Sudoración fría;
  • Náuseas y/o vómitos. 

Estos signos muchas veces son difíciles de identificar porque tienden a surgir de forma gradual, siendo más complicado percatarse de ellos. Por esta razón, es común que la enfermedad coronaria sea identificada cuando ya se encuentra en un grado muy desarrollado o cuando causa alguna complicación grave, como el infarto. 

Personas con factores de riesgos, como colesterol alto, diabetes o estilo de vida sedentario, tienen un mayor riesgo de tener esta enfermedad; por lo tanto, deben realizarse exámenes de forma frecuente en el cardiólogo para identificar si están en riesgo de tener una complicación grave y, de ser necesario, iniciar el tratamiento lo antes posible.

Cuáles son los exámenes para diagnosticarla

El diagnóstico de la enfermedad coronaria debe ser realizado por parte del cardiólogo y, normalmente, es iniciado mediante una evaluación de riesgo de enfermedad cardíaca, lo que incluye un análisis de los antecedentes médicos, así como la evaluación de la presión arterial y el nivel de colesterol por medio de un examen de sangre.

Asimismo, en caso de que se considere necesario, el médico puede incluso pedir la realización de otros exámenes más específicos, como electrocardiograma, ecocardiograma, angiografía coronaria, pruebas de esfuerzo, tomografía computarizada y otros exámenes de sangre. Estas pruebas ayudan no sólo a establecer el diagnóstico de la enfermedad coronaria, sino también a descartar otros posibles problemas cardíacos. 

Conozca cuáles son los exámenes que ayudan a identificar problemas en el corazón

Quién tiene mayor riesgo

El riesgo de desarrollar enfermedad arterial coronaria es mayor en las personas que: 

  • Fuman;
  • Tienen presión alta;
  • Tienen colesterol elevado;
  • No realizan ejercicio físico de forma regular;
  • Tienen diabetes. 

De esta manera, la mejor forma de evitar desarrollar este tipo de enfermedades consiste en tener un estilo de vida saludable, lo que implica realizar ejercicio físico por lo menos 3 veces a la semana, evitar fumar, beber o usar drogas y tener una alimentación variada y equilibrada, baja en grasas y rica en fibras y vegetales. 

Cómo es realizado el tratamiento

El tratamiento para la enfermedad coronaria incluye practicar regularmente ejercicio físico, liberar el estrés y tener una buena alimentación, evitando alimentos muy grasosos o azucarados; además de evitar otros factores de riesgo de la enfermedad como fumar o beber alcohol, por ejemplo. 

Para esto, generalmente el tratamiento es orientado por un cardiólogo, el cual evalúa también la necesidad de iniciar el uso de medicación para el control del colesterol, hipertensión o diabetes. Estos medicamentos deben ser usados de acuerdo con la orientación del médico y durante toda la vida. 

Por otro lado, en los casos más graves, puede ser necesaria la realización de algún tipo de cirugía para realizar un cateterismo cardíaco y, de ser preciso, una angioplastia para la colocación de una red dentro del vaso o, incluso, una cirugía de revascularización con colocación de puentes mamarios y de safena. 

Prevención de la enfermedad coronaria

La prevención de la enfermedad coronaria puede ser realizada a través de buenos hábitos de vida como dejar de fumar, alimentarse de forma correcta, realizar actividad física y bajar los niveles de colesterol. Los niveles adecuados de colesterol son: 

  • HDL: por encima de 60 mg/dL;
  • LDL: por debajo de 130 mg/dL; siendo por debajo de 70 para pacientes que ya sufrieron algún infarto o que tienen diabetes, presión alta o fuman, por ejemplo. 

Las personas que tengan un riesgo elevado de desarrollar una enfermedad coronaria, además de adoptar un estilo de vida saludable, deben realizar un seguimiento con el médico cardiólogo, al menos, 1 o 2 veces al año.