Diabetes: tipos, síntomas y tratamiento

Actualizado en agosto 2022

La diabetes, conocida científicamente como diabetes mellitus, es una enfermedad metabólica que se caracteriza por el aumento de los niveles de azúcar/glucosa en la sangre, que puede provocar daños en varios órganos.

Existen cuatro tipos principales de diabetes: la diabetes tipo 1, diabetes tipo 2, diabetes gestacional y prediabetes. La principal causa de la diabetes es la mala alimentación, especialmente debido al consumo excesivo de alimentos industrializados ricos en azúcares, aunado al sedentarismo. 

El tratamiento de la diabetes consiste en la realización de algunas alteraciones en el estilo de vida, principalmente en la dieta y en la practica de actividad física. Pero también puede ser necesario el uso de medicamentos, como la insulina o los hipoglucemiantes orales. 

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Principales tipos de diabetes

La diabetes puede dividirse en 4 tipos principales:

  • Diabetes tipo 1: es el tipo menos común y surge desde el nacimiento, siendo considerada una enfermedad autoinmune, pues el propio sistema inmunitario ataca las células del páncreas responsables por la producción de insulina. Por lo tanto, esta hormona no es producida, la glucosa no es transportada a las células y acaba acumulándose en la sangre; 
  • Diabetes tipo 2: es el tipo más común y ocurre debido a una resistencia a la insulina que surge a lo largo de la vida, normalmente, por hábitos alimentarios. Esta resistencia disminuye la acción de la insulina en el cuerpo y hace que la glucosa acabe por acumularse en el organismo;
  • Diabetes gestacional: es un tipo de diabetes que ocurre únicamente durante la gestación, la cual está relacionada con la producción, por parte de la placenta, de hormonas que bloquean la acción de la insulina;
  • Prediabetes: ocurre cuando el nivel de azúcar en la sangre está aumentando, pero aún no es suficiente para que sea diagnosticada la diabetes. 

Asimismo, la diabetes también puede dividirse en otros tipos menos comunes, como la diabetes latente autoinmune del adulto o la diabetes desencadenada por el uso de medicamentos. 

Por otra parte, existe otra condición conocida como diabetes insípida, la cual, aunque pueda tener una denominación semejante, no es considerada un tipo de diabetes, pues ocurre cuando los riñones remueven de forma excesiva líquido del cuerpo, por lo que no está directamente relacionada con la insulina o el nivel de azúcar en sangre. 

Síntomas de diabetes

Entre los síntomas clásicos de diabetes se incluyen los siguientes:

  • Sensación de sed exagerada;
  • Aumento del hambre;
  • Ganas frecuentes de orinar;
  • Boca seca;
  • Cansancio fácil;
  • Alteraciones de la visión. 

Por lo general, los síntomas de la diabetes tipo 2 surgen a lo largo de la vida y suelen ocurrir debido a malos hábitos alimentarios, en especial por el consumo exagerado de azúcar y de otros carbohidratos, así como por la falta de ejercicio. 

Ahora, los síntomas de la diabetes tipo 1 normalmente son identificados durante la infancia o la adolescencia y también pueden incluir otros signos más generalizados, como dificultad para aumentar de peso, comezón por todo el cuerpo o irritabilidad y cambios repentinos del estado de ánimo. 

En el caso de la diabetes gestacional, los síntomas son más raros, por lo que la mujer suele descubrir que padece diabetes durante las pruebas de rutina en el período prenatal, especialmente luego de realizarse el examen de glucosa. 

Qué causa la diabetes

Las causas de la diabetes varían de acuerdo con el tipo de diabetes:

1. Diabetes tipo 1

No se conoce la causa exacta de la diabetes tipo 1, no obstante, se sabe que el sistema inmunitario identifica las células ß del páncreas, responsables por la producción de insulina, y causa su destrucción, razón por la cual es considerada una enfermedad autoinmune. 

Dado que no es causada por el estilo de vida, la diabetes tipo 1 puede estar presente desde el nacimiento, siendo identificada durante la infancia o la adolescencia. 

2. Diabetes tipo 2

La diabetes tipo 2 es causada, principalmente, por malos hábitos alimentarios, en especial por el consumo excesivo de alimentos con azúcar u otros carbohidratos. Además, tener un estilo de vida sedentario también puede contribuir al surgimiento de diabetes.

Las personas con acumulación de grasa en la región abdominal también parecen tener mayor riesgo de diabetes tipo 2, pues las células de grasa posiblemente contribuyan a la resistencia a la insulina. 

3. Diabetes gestacional

La diabetes gestacional se desarrolla, por lo general, debido a las hormonas que son producidas por la placenta durante el embarazo. Estas hormonas parecen bloquear parcialmente la acción de la insulina, haciendo que sea más fácil el aumento de los niveles de azúcar en la sangre durante la gestación. 

Aun así, las mujeres que tienen sobrepeso, que aumentaron mucho peso durante el embarazo, que ya tuvieron diabetes gestacional o que tienen antecedentes familiares de diabetes tipo 2, posiblemente tienen mayor riesgo de desarrollar diabetes gestacional. 

Cómo confirmar el diagnóstico de diabetes

El diagnóstico de la diabetes puede ser realizado con un conjunto de exámenes de sangre que permiten evaluar la cantidad de glucosa. 

No obstante, una de las pruebas más utilizadas, y que normalmente está incluida en los exámenes de rutina, es la prueba de glucosa en ayunas. Este test mide la cantidad de glucosa en la sangre luego de un período de ayuno de al menos 8 horas, siendo los valores de referencia los que se muestran a continuación:

  • Normal: inferior a 99 mg/dL;
  • Prediabetes: de 100 a 125 mg/dL;
  • Diabetes: por encima de 126 mg/dL.

Cuando los valores de glucosa en ayunas están alterados en al menos 2 mediciones en días distintos, normalmente es recomendado realizar otra prueba para confirmar los valores y ayudar en el diagnóstico. Sin embargo, el médico también puede solicitar otras pruebas, como la hemoglobina glicada o la prueba de tolerancia a la glucosa.

Para entender mejor el resultado del examen de glucosa, seleccione en la siguiente calculadora la prueba realizada e introduzca su resultado:

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Cómo es realizado el tratamiento

El tratamiento de la diabetes tiene como principales objetivos mejorar la calidad de vida, aliviando los síntomas, y evitar el desarrollo de complicaciones de salud más graves. 

Aunque ciertos cuidados sean considerados como generales para tratar cualquier tipo de diabetes, como planificar qué tipos de alimentos se ingiere y hacer ejercicio regularmente, el tratamiento puede variar un poco según el tipo de diabetes:

Diabetes tipo 1

El principal tratamiento para la diabetes tipo 1 es el uso diario de insulina inyectable, pues como el organismo no logra producir la hormona, la insulina necesita ser inyectada en el cuerpo. Por lo general, se aplica una inyección al inicio del día, de acción lenta, para mantener un nivel basal de la hormona en el organismo; sin embargo, es necesario medir la glucemia antes y después de las comidas para evaluar si es necesario administrar alguna inyección extra, la cual suele ser una insulina de acción rápida o ultrarrápida. 

Aparte de la insulina, también se recomienda mantener una planificación de las comidas, en especial con respecto a la cantidad de azúcar y carbohidratos consumidos, así como adoptar un estilo de vida activo, con la práctica regular de ejercicio. 

Diabetes tipo 2

El tratamiento de la diabetes tipo 2 no siempre requiere ser realizado desde el inicio con medicamentos, pues dependiendo de los niveles de azúcar en la sangre puede ser posible controlar la glucosa solo mediante cambios en el estilo de vida, principalmente en la dieta, con la reducción de la ingesta de alimentos azucarados y carbohidratos, así como la práctica regular de ejercicio físico. 

En los casos donde es necesario el empleo de medicamentos, el médico puede recetar el uso de dos tipos diferentes:

  • Antidiabéticos orales: son la primera línea de tratamiento medicamentoso de la diabetes tipo 2 y ayudan a mantener los niveles de azúcar controlados mediante varios mecanismos, ya sea estimulando la producción de insulina por el páncreas, eliminando glucosa por la orina o disminuyendo la producción de glucosa por el hígado. 
  • Insulina: es usada cuando los antidiabéticos orales no fueron suficientes para controlar la glucosa o cuando estos medicamentos no son una opción de tratamiento, como en el caso de personas con insuficiencia renal. 

En el caso de hacer uso de la insulina, es importante llevar a cabo una evaluación diaria y regular de la glucemia capilar, principalmente antes y después de las comidas mediante un glucómetro, que es un dispositivo que mide la glucemia capilar. 

Diabetes gestacional

El tratamiento de la diabetes gestacional es realizado esencialmente mediante alteraciones en la dieta y la práctica regular de ejercicio, pues son medidas naturales que permiten controlar los niveles de glucosa en la sangre. 

Sin embargo, en caso de que los cambios en el estilo de vida no estén siendo suficientes para controlar los niveles de azúcar o en caso de que los valores de glucosa estén siempre muy altos, el médico puede aconsejar el uso de antidiabéticos orales o insulina, siendo también importante realizar la medición regular de los niveles de glucosa en casa, utilizando un dispositivo para determinar el nivel de azúcar en sangre. 

Dieta para diabetes

Uno de los pasos más importantes para controlar la diabetes es la adaptación de la dieta, la cual debe basarse, principalmente, en la reducción del consumo de azúcar y de alimentos ricos en carbohidratos. Lo ideal es que la dieta sea orientada por un nutricionista, que tomará en cuenta la diabetes y los gustos personales. 

Existen algunos alimentos que son considerados "prohibidos", pues se debe evitar al máximo su consumo en exceso, tales como los siguientes:

  • Dulces en general;
  • Bebidas azucaradas;
  • Bebidas alcohólicas. 

Otros alimentos como frutas, arroz o pasta, aunque puedan ser ingeridos, deben ser consumidos con moderación. También existen alimentos que ayudan a controlar mejor la diabetes, como los granos integrales, las verduras y las oleaginosas, por ejemplo.

Este tipo de dieta puede seguirse en los casos confirmados de diabetes, pero también puede ser realizada por quien tiene prediabetes, puesto que permite regular los niveles de glucosa en la sangre, evitando el desarrollo de la diabetes. 

Diabetes en el embarazo

La diabetes en el embarazo, también conocida como diabetes gestacional, es una condición relativamente común que puede ocurrir incluso en mujeres que nunca presentaron anteriormente un aumento de los niveles de glucosa en sangre.

Este tipo de diabetes ocurre debido a la producción de hormonas por la placenta, las cuales bloquean parcialmente el efecto de la insulina del cuerpo, haciendo que los niveles de azúcar en sangre logren aumentar con facilidad. 

La diabetes gestacional debe ser identificada lo antes posible para evitar complicaciones en el desarrollo del bebé o un parto prematuro. Por esta razón, a medida que se asiste a las consultas prenatales, el médico suele pedir pruebas de glucosa. El tratamiento consiste en alterar el estilo de vida, haciendo una dieta más saludable y practicando ejercicio físico; no obstante, en ciertos casos también puede incluir el uso de medicamentos. 

Diabetes en niños

La diabetes también puede desarrollarse en niños, causando la diabetes infantil. El tipo más común de diabetes durante la infancia es la tipo 1; sin embargo, con los cambios en la alimentación que han ocurrido a lo largo de los años, la diabetes tipo 2 también se ha tornado más usual, principalmente debido al consumo excesivo de productos industrializados, comida rápida y alimentos azucarados, así como un aumento del sedentarismo.

La diabetes infantil debe ser tratada lo más pronto posible para evitar retrasos en el desarrollo, así como también para prevenir el surgimiento de enfermedades crónicas en una edad temprana. 

Posibles complicaciones

Cuando la diabetes no es tratada de forma adecuada, los niveles de azúcar en la sangre pueden mantenerse elevados por mucho tiempo y causar daños en distintos órganos. Por esta razón, entre las principales complicaciones de la diabetes se incluyen las siguientes:

Asimismo, los niveles elevados de azúcar en la sangre también aumentan el riesgo de infección, pues el azúcar facilita el crecimiento y desarrollo de hongos y bacterias, siendo frecuente que la persona con diabetes presente infecciones urinarias recurrentes, por ejemplo. Por favorecer el desarrollo de varios microorganismos y por dificultar la circulación sanguínea, la diabetes también causa problemas en la cicatrización de heridas.