Cómo curar el dolor de garganta en bebés

Actualizado en agosto 2023

El dolor de garganta en el bebé por lo general suele aliviarse con el uso de medicamentos recetados por el pediatra, como el ibuprofeno, por ejemplo. Sin embargo, es importante acudir al médico para que indique la dosis según el peso y la edad del bebé o del niño. 

Además de esto, la consulta con el pediatra también es muy importante para evaluar la causa del dolor de garganta, como gripes, resfriados o alergias, y si existe algún tipo de infección que deba ser tratada con antibióticos como la amoxicilina, que solo debe ser ingerida bajo orientación del médico.

Sin embargo, los padres también pueden acelerar el tratamiento adoptando algunas medidas caseras simples, como lavar la nariz con suero fisiológico, darle de beber mucha agua y ofrecerle alimentos de consistencia suave durante las comidas. 

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9 maneras de curar el dolor de garganta en bebés

Algunas formas de aliviar el dolor de garganta en los bebés son:

1. Dar un baño tibio al niño

Dar un baño tibio al bebé o niño, cerrando la puerta y la ventana del baño, garantiza que el bebé respire el vapor de agua que se forma en el baño, fluidificando las secreciones y ayudando a limpiar la garganta.

2. Lavarle la nariz al bebé con suero fisiológico

Lavar la nariz del bebé, aplicando de 3 a 5 mL de suero fisiológico en cada fosa nasal con una jeringa sin aguja, de 2 a 3 veces al día, ayuda a fluidificar las secreciones de la nariz y la garganta, facilitando su eliminación natural por parte del bebé.

Para realizar el lavado nasal en el bebé, se debe envolver en una manta o toalla para mayor seguridad. Luego, se coloca al bebé sentado con el torso ligeramente inclinado hacia adelante.

La cabeza del bebé también debe estar ligeramente inclinada hacia el lado de la fosa nasal en la que se aplicará el suero fisiológico.

A continuación, se debe instilar lentamente el suero fisiológico en una fosa nasal, observando cómo sale por la otra. Luego, repetir el proceso en la otra fosa nasal. Es importante no ejercer presión en la jeringa para la salida del suero.

Otra opción es utilizar una solución nasal específica para eliminar las secreciones nasales de los bebés, que se puede adquirir en la farmacia.

3. Humedecer el ambiente

Humedecer el ambiente colocando un recipiente o cubeta con agua tibia, lejos del alcance del bebé, en las habitaciones de la casa donde el bebé pasa más tiempo es una excelente manera de aliviar el dolor de garganta.

Esto se debe a que al respirar las partículas de agua del ambiente, las vías respiratorias se mantienen más hidratadas y menos irritadas, lo que facilita la eliminación de la mucosidad y alivia la incomodidad del dolor de garganta o la congestión nasal.

Este consejo es especialmente útil durante la noche para facilitar el sueño y evitar despertarse con la nariz congestionada, por ejemplo.

Otra opción para humedecer el ambiente, es utilizar un humidificador de niebla fría, que debe limpiarse diariamente para evitar la formación de hongos o bacterias que podrían perjudicar la salud del bebé. Conozca otras formas sencillas de humedecer el ambiente.

4. Aspirar las secreciones con una jeringa de pera

Aspirar las secreciones nasales del bebé de 3 meses a 1 año con una jeringa de pera ayuda a despejar la nariz y aliviar el dolor de garganta.

La jeringa de pera se asemeja a una pequeña bomba de aire en forma de pera y se puede adquirir en la farmacia.

Para usarla, se aprieta el cuerpo (pera) de la bomba y luego se inserta la punta en la entrada de la narina del bebé. Luego se suelta la bomba y las secreciones se aspiran suavemente.

5. Abrigar al bebé

No permitir que el niño ande descalzo y abrigarlo cuando tenga que salir de casa es importante para ayudar a aliviar el dolor de garganta, ya que los cambios bruscos de temperatura pueden empeorar el dolor o la incomodidad en la garganta.

6. Quedarse en casa con el bebé

En caso de fiebre, es importante quedarse en casa con el bebé, lo que significa no llevarlo a la guardería o escuela hasta que la fiebre haya pasado. Sepa cómo bajar la fiebre rápidamente en niños.

7. Ofrecer leche materna

Amamantar al bebé, ofreciéndole leche materna o fórmula, ayuda a mantenerlo hidratado, además de ser de fácil digestión y proporcionar anticuerpos que protegen al bebé y fortalecen su sistema inmunológico, lo que ayuda a aliviar el dolor de garganta. Conozca todos los beneficios de la lactancia materna para el bebé.

Para bebés mayores de 6 meses que ya han comenzado la alimentación complementaria, se puede ofrecer agua, sopas, caldos tibios, puré de frutas, yogures o tés bien diluidos, sin azúcar y a temperatura ambiente, como el té de manzanilla, por ejemplo.

8. Dar los medicamentos recetados

Los medicamentos para la garganta inflamada en el bebé solo deben ser usados bajo indicación del pediatra, debido a que las enfermedades causadas por virus no siempre necesitan medicamentos para su tratamiento.

Sin embargo, el pediatra puede recetar:

  • Analgésicos, como el paracetamol en forma de jarabe;
  • Antiinflamatorios, como el Ibuprofeno o Acetaminofén en forma de jarabe;
  • Descongestionantes nasales, como Sterimar bebé o Sinomarin Pediátrico, en forma de gotas o en aerosol para niños mayores.

No se recomienda el uso de antibióticos si la infección no es causada por bacterias. Tampoco se aconseja el uso de medicamentos para la tos y de antihistamínicos, debido a que no son eficaces en niños pequeños y porque pueden causar efectos secundarios.

La vacuna de la gripe es indicada para bebés a partir de los 6 meses, para proteger contra diferentes virus de influenza, incluyendo el H3N2, que son los principales responsables del surgimiento de las gripes.

9. Adaptar la alimentación

Además de los cuidados mencionados anteriormente, los padres también pueden tener algunos cuidados con la alimentación, para intentar disminuir el malestar, estos son:

  • Darle alimentos de consistencia suave, en los bebés a partir de los 6 meses de edad: son más fáciles de tragar, reduciendo la incomodidad y el dolor de garganta. Ejemplos de alimentos: sopa o caldos tibios, puré de frutas, puré de papa o calabaza, o yogures;
  • Darle de beber mucha agua, tés o jugos naturales al bebé: ayuda a fluidificar las secreciones y limpiar la garganta. Vea los mejores remedios caseros para el dolor de garganta;
  • Evitar darle alimentos muy calientes o fríos: la ingestión de alimentos con temperaturas extremas empeoran el dolor de garganta;
  • Darle jugo de naranja: esta fruta es rica en vitamina C, ayudando a aumentar las defensas del organismo;
  • Darle miel al niño con más de 1 año de edad, ya que esta ayuda a hidratar la garganta, aliviando el malestar.

El dolor de garganta suele desaparecer en 1 semana, pero si el niño está tomando los medicamentos prescritos por el pediatra y a su vez complementa el tratamiento con estos consejos caseros, podrá sentirse mejor al cabo de 3 o 4 días.

Cómo identificar el dolor de garganta en el bebé

El dolor de garganta en el bebé puede ser identificado a través de algunos signos, como:

  • Rechazo a alimentarse;
  • Llanto fácil o cuando es alimentado;
  • Parece tener dolor al tragar;
  • Nariz congestionada o goteando;
  • Dificultad para respirar;
  • Tos;
  • Agitación o inquietud;
  • Puede estar acompañado de vómitos o diarrea;
  • Fiebre;
  • Ganglios inflamados en el cuello.

Además, se puede observar la garganta del bebé que puede estar roja, hinchada o con puntos blancos de pus.

Siempre es importante consultar al pediatra cuando el bebé presenta signos de dolor de garganta, ya que de esta manera el médico puede identificar la causa y recomendar el tratamiento más adecuado.

Cuándo acudir nuevamente al pediatra

Se aconseja volver al pediatra en las siguientes situaciones:

  • Empeoramiento de los síntomas o si los síntomas no mejoran en 3 a 5 días;
  • Sibilancias al respirar;
  • Estornudos constantes;
  • Fiebre alta;
  • Fatiga y somnolencia frecuente;
  • Pus en la garganta;
  • Tos intensa o persistente;
  • Ampollas en la boca, manos, pies, tronco o nalgas.

Además de eso, se debe acudir a la sala de emergencias de inmediato si el bebé tiene dificultad para respirar, como respiración muy rápida, coloración azulada o palidez, o dificultad para tragar o babea más de lo normal.