Operación de várices: tipos, cómo es realizada y recuperación

Actualizado en octubre 2023

La operación de várices es utilizada cuando otras formas de tratamiento no invasivo, como dieta o uso de medias de compresión, por ejemplo, no lograron eliminar o reducir las várices, que continúan provocando molestias y alteraciones estéticas en las piernas.

Existen varios tipos de cirugía para eliminar las várices de las piernas; sin embargo, ninguna es definitiva, pues las várices pueden volver a aparecer, especialmente si no existen cuidados para controlar el peso y mejorar la circulación sanguínea, como tener una alimentación equilibrada y practicar ejercicio regularmente.

La operación de várices es llevada a cabo por el angiólogo o cirujano vascular, pudiendo ser indicados diferentes métodos quirúrgicos, como inyección de espuma, ablación por radiofrecuencia, láser o remoción de la vena, lo que varía según el estado de salud general, el tamaño y la localización de las varices. Conozca más sobre las opciones de tratamiento disponibles para las várices.

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Principales operaciones de várices

Las principales operaciones de várices incluyen:

1. Microcirugía de várices

La microcirugía de várices, también conocida como flebotomía ambulatoria, es realizada en el consultorio del cirujano vascular con anestesia local. En esta cirugía, el médico hace pequeños cortes sobre las várices y remueve los vasos que están provocando las várices más superficiales. 

Esta cirugía permite remover várices de tamaño pequeño o mediano, y aunque se puede volver a casa en el mismo día de la cirugía, se recomienda permanecer en reposo hasta 7 días para permitir que los cortes cicatricen correctamente.

2. Ligadura y remoción de várices

La ligadura y remoción de las várices es un tipo de cirugía en la que el médico amarra y remueve las venas afectadas de las piernas que causan las várices.

Este tipo de cirugía es llevado a cabo con 2 cortes pequeños, uno en la ingle y otro en la pierna, y el tiempo de recuperación es de alrededor de 3 semanas.

3. Termoablación con endoláser

La termoablación con endoláser es una cirugía menos invasiva en comparación con la cirugía convencional para la remoción de la vena safena. 

Este tipo de cirugía es llevado a cabo con anestesia local, utilizando una ecografía dópler para localizar el vaso afectado, y después es insertado un láser en la vena, el cual genera energía y, de esta forma, la destrucción del vaso afectado.

El tiempo de recuperación de esta cirugía es rápido, por lo cual generalmente al día siguiente la persona puede volver al trabajo y las actividades diarias.

4. Remoción de la vena safena

Esta operación también es conocida como cirugía tradicional y es utilizada en el caso de várices más profundas o grandes. En estos casos, el médico hace un corte en la pierna y remueve toda la vena safena, que no está funcionando correctamente.

De esta manera, la sangre continúa circulando por otras venas sin ocasionar un aumento de presión debido a que no logra pasar por la safena.

La reducción de la presión dentro de los vasos de las piernas disminuye el volumen de las várices y evita la formación de nuevas, resolviendo problemas con las várices muy grandes y también con pequeños vasos. Vea cómo es realizada esta cirugía y qué cuidados tener.

Cómo es la recuperación de la operación

La recuperación depende del tipo de cirugía, por lo cual los cuidados en cada caso deben ser siempre indicados por el cirujano responsable. Sin embargo, existen algunos cuidados que son comunes en varios tipos de cirugía, tales como:

  • Evitar hacer esfuerzos, como subir y bajar escaleras, de 2 a 7 días luego de la operación;
  • Mantener alguna actividad física, haciendo pequeñas caminatas en casa;
  • Acostarse con los pies elevados por encima del nivel de la cadera, para permitir el drenaje.

Además, cuando la cirugía implica un corte en la piel, es importante acudir regularmente al hospital para hacer las curas con el enfermero.

Luego de la primera semana de recuperación, ya es posible comenzar a dar paseos cortos fuera de la casa, y las actividades rutinarias pueden retomarse alrededor de 2 semanas después. No obstante, se debe evitar levantar peso y exponer las piernas al sol en los primeros 2 meses.

Otras actividades, como el gimnasio o correr, por ejemplo, deben ser retomadas paulatinamente y luego del primer mes de recuperación, siempre bajo la orientación y supervisión del cirujano vascular.

Posibles complicaciones de la operación de várices

Las complicaciones que una cirugía de várices puede traer incluyen:

  • Infección de las venas;
  • Hemorragia;
  • Hematoma en las piernas;
  • Dolor en las piernas;
  • Lesión en los nervios de las piernas.

Estas complicaciones de la cirugía de várices han disminuido debido al desarrollo de las técnicas y, por lo general, pueden ser evitadas si los pacientes cumplen las recomendaciones de recuperación.