Agua en los pulmones: síntomas, ¿es grave? y tratamiento

Actualizado en enero 2024

El agua en los pulmones es cuando los alvéolos pulmonares se llenan de líquido, como consecuencia de otras enfermedades que no han sido tratadas adecuadamente, situación que puede ocurrir en una insuficiencia cardíaca o ante una infección respiratoria, por ejemplo, este problema también se conoce como edema pulmonar.

Una vez que el exceso de líquido en los pulmones dificulta la respiración y disminuye la entrada de oxígeno en el organismo, puede poner la vida del individuo en peligro, por lo que se aconseja acudir a la emergencia hospitalaria cuando surgen síntomas como mucha dificultad para respirar, sensación de falta de aire o asfixia, sonidos roncos o sibilantes al respirar, o tos persistente con sangre.

El agua acumulada en los pulmones tiene cura, sin embargo, el tratamiento debe iniciarse lo más pronto posible, esto con la finalidad de evitar que los niveles de oxígeno en el organismo disminuyan y pongan la vida de la persona en peligro.

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Principales síntomas

Los síntomas del agua en los pulmones o edema pulmonar son:

  • Dificultad para respirar, que empeora cuando se está acostado;
  • Sensación de falta de aire o asfixia;
  • Sonidos roncos o sibilantes al respirar;
  • Tos con secreción que puede contener sangre;
  • Dolor intenso en el pecho;
  • Cansancio;
  • Hinchazón de las piernas o los pies.

Dependiendo de la causa del edema pulmonar, los síntomas pueden surgir a lo largo del tiempo o aparecer de forma repentina. Es importante llamar al número de teléfono de emergencias médica de su país o acudir de inmediato al servicio de urgencia del hospital más cercano, principalmente cuando surgen más de uno de estos síntomas, de manera que se inicie rápidamente el tratamiento para evitar complicaciones graves.

¿El agua es los pulmones es grave o peligroso?

El agua en los pulmones puede poner la vida de la persona en peligro si no es tratada lo más pronto posible, principalmente cuando los síntomas surgen de forma repentina. Lo que ocurre es que cuando hay un edema pulmonar, el intercambio gaseoso en los pulmones no ocurre de forma eficiente, disminuyendo los niveles de oxígeno en el organismo, pudiendo conllevar a la muerte. 

El agua en los pulmones es un trastorno que ocurre con mayor frecuencia en las personas mayores, debido a los problemas de salud, sin embargo, también puede ocurrir en jóvenes e inclusive en niños con cardiopatías congénitas.

Por qué se llenan de agua los pulmones

Las causas del agua en los pulmones son:

1. Problemas cardiovasculares

Si las enfermedades del sistema cardiovascular no son tratadas de forma adecuada, pueden provocar un aumento excesivo de presión dentro del corazón, impidiendo que la sangre sea bombeada correctamente.

Cuando esto sucede, la sangre se va acumulando alrededor de los pulmones y aumenta la presión dentro de los vasos en esa zona, haciendo que el líquido, que es parte de la sangre, sea empujada hacia el interior de los pulmones, ocupando un espacio que debería estar sólo lleno de aire. 

Algunas de las enfermedades cardiovasculares que con más frecuencia producen esta alteración incluyen:

  • Enfermedad coronaria: provoca el estrechamiento de las arterias del corazón, debilitando el corazón y disminuyendo su capacidad para bombear sangre;
  • Cardiomiopatía: el músculo cardíaco se va debilitando sin tener una causa relacionada con el flujo sanguíneo. Vea las causas de la cardiomiopatía y cómo es el tratamiento;
  • Problemas en las válvulas cardíacas: pues al no cerrar completamente o abrir adecuadamente, la fuerza del corazón puede empujar sangre en exceso hacia los pulmones;
  • Presión alta: a lo largo del tiempo, esto puede hacer que el corazón pierda la fuerza necesaria para bombear, llevando a la acumulación de sangre en los pulmones.

Además, otras condiciones como problemas renales, también pueden aumentar la presión sanguínea y dificultar el trabajo del corazón, llevando a un caso de edema pulmonar, cuando no se tratan adecuadamente.

2. Infecciones pulmonares

Algunas infecciones pulmonares provocadas por virus, como hantavirus o el virus del dengue, pueden causar alteraciones en las presiones del os vasos sanguíneos de los pulmones, provocando la acumulación de líquido.

3. Exposición a toxinas o humo

Cuando hay una inhalación de toxinas, como amonio o cloro o de humo de cigarro, por ejemplo, los tejidos del pulmón pueden irritarse mucho, produciendo líquido que ocupa el espacio dentro de los pulmones.

Además, cuando la inflamación es muy severa, pueden producirse lesiones en los pulmones y en los pequeños vasos sanguíneos alrededor, permitiendo la entrada de líquido.

4. Ahogamiento

En situaciones en las que casi hay un ahogamiento, los pulmones se llenan de agua que es aspirada por la nariz o boca, acumulándose en el interior de los pulmones. En estos casos, aunque el agua haya sido removida con las maniobras de salvamento, el edema pulmonar puede persistir, necesitando de tratamiento en el hospital.

5. Grandes altitudes

Personas que hacen montañismo o escalada presentan un mayor riesgo de desarrollar edema pulmonar, ya que cuando se está en altitudes superiores a 2400 metros los vasos sanguíneos sufren un aumento de presión. Ese aumento de presión puede provocar la entrada de líquido a los pulmones, especialmente en principiantes de este tipo de deportes.

Asimismo, existen otras situaciones que pueden provocar la acumulación de líquidos en los pulmones, como cuando hay problemas del sistema nervioso, como traumatismo en la cabeza, hemorragia subaracnoidea o convulsiones, o el síndrome de dificultad respiratoria aguda.

Cómo confirmar el diagnóstico

En la mayoría de los casos, para confirmar el diagnóstico de edema pulmonar, el médico analiza los signos y síntomas, así como los antecedentes personales del individuo para saber si es hipertenso, diabético o si sufrió de un infarto. El examen físico es extremadamente importante para alcanzar el diagnóstico, debido a que durante este examen el médico debe realiza una auscultación del tórax, observar si hay edema en las piernas y evaluar la presión arterial. 

Además de esto, puede ser necesario realizar una radiografía del tórax, un electrocardiograma o una ecocardiograma para definir cuál fue la causa del agua en los pulmones.

Cómo se hace el tratamiento

El tratamiento para el agua en el pulmón tiene como objetivo mantener los niveles adecuados de oxígeno circulantes, evitando el surgimiento de complicaciones, como paro respiratorio o la falla de órganos vitales, siendo importante acudir al hospital cuando se sospeche de la presencia de líquido en los pulmones. 

Este se debe realizar en el hospital y normalmente se inicia con la administración de oxígeno a través de una máscara para aliviar los síntomas como dificultad respiratoria, sensación de asfixia y las sibilancias. Además, se pueden utilizar algunos remedios para eliminar el exceso de líquido como:

  • Medicamentos diuréticos como la furosemida: ayudan a eliminar el exceso de líquidos del organismo a través de la orina;
  • Remedios para el corazón como la nitroglicerina: alivia la presión sobre las arterias del corazón, mejorando su funcionamiento y evitando la acumulación de sangre en los pulmones. Conozca para qué sirve la nitroglicerina y en qué dosis tomar;
  • Morfina: se utiliza para aliviar la sensación de falta de aire intensa o dolor en el pecho fuerte;
  • Antihipertensivos de respuesta rápida como nitroglicerina: reducen la presión arterial, facilitando el trabajo del corazón y evitando la acumulación de líquidos.

Debido al efecto de los medicamentos para eliminar el exceso de líquidos, el médico puede recomendar utilizar una sonda vesical para medir la cantidad de orina que está siendo eliminada después del uso del uso de diurético. Conozca los cuidados que hay que tener con una sonda vesical

Cuando el tratamiento no se inicia tempranamente, pueden surgir algunos signos de empeoramiento que incluyen el agravamiento de los síntomas como sensación de ahogamiento, extremidades moradas, desmayo y, en los casos más graves, paro respiratorio.

Fisioterapia para el agua en los pulmones

Después del edema pulmonar, los pulmones pueden perder algo de su capacidad para expandirse, sin lograr tomar grandes cantidades de aire. De esta forma, el neumólogo puede recomendar algunas sesiones de fisioterapia respiratoria para mejorar la capacidad del pulmón y fortalecer los músculos respiratorios, a través de ejercicios indicados por un fisioterapeuta. Conozca más sobre cómo se realiza la fisioterapia respiratoria. 

Estas sesiones pueden realizarse hasta 2 veces por semana, durante el tiempo que sea necesario para recuperar toda la capacidad pulmonar.

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Prevención de un episodio de agua en los pulmones

Cuando los síntomas están controlados y los niveles de oxígeno en el cuerpo están equilibrados es importante identificar cuál es el problema que está causando la acumulación de líquido en los pulmones, ya que si este problema no es tratado, los síntomas de agua en el pulmón pueden volver.

En la mayoría de los casos, el agua en el pulmón surge debido a un problema cardíaco no tratado, como la insuficiencia cardíaca, pero los problemas del sistema nervioso o las infecciones en los pulmones también pueden conducir a la acumulación de líquidos en el pulmón.

Dependiendo de la causa, el neumólogo puede utilizar otros medicamentos como:

  • Medicamentos para el corazón, como nitroglicerina: alivia la presión sobre las arterias del corazón, mejorando su funcionamiento y evitando la acumulación de sangre en los pulmones;
  • Medicamentos para presión alta, como captopril: reducen la presión arterial, facilitando el trabajo del corazón y evitando la acumulación de líquidos.

Cuando la causa del edema pulmonar ya se conoce desde el principio en las personas que tienen problemas cardíacos hace algunos años, por ejemplo, el tratamiento puede hacerse con estos medicamentos desde el inicio para acelerar la eliminación del exceso de líquido.

Sin embargo, en el caso de personas que no tenían el diagnóstico de una enfermedad hasta el surgimiento de los síntomas de agua en el pulmón, el neumólogo podrá encaminar hacia un cardiólogo u otra especialidad para iniciar el tratamiento adecuado del problema, evitando que vuelva a surgir un cuadro de edema pulmonar.